domingo, 16 de agosto de 2015

Fisioterapia y medicamentos, maneras de sanar.

Cuando te da un tirón en la espalda por una contractura, un médico lo que hace es recetarte ibuprofeno (como analgésico para que no te duela) y un relajante muscular, como el Miorelax, para que la musculatura se vaya soltando y te recuperes del dolor.

Sin embargo, un fisioterapeuta trata de soltarte no sólo donde la espalda se ha agarrotado sino también toda la zona. Te da pautas de comportamiento y te dice ciertas posturas para que no te duela.

Ambos tratamientos son buenos. Y mucho mejor si los combinas. De esta manera, el medico te quita el dolor y el físico te ayuda a evitar a que se reproduzca en el futuro.

En la historia ha pasado lo mismo. Que de medicina se poco y este post va de historia. A ver si os gusta.

Cuando se venció por primera vez a Napoleón en batalla (primero le debilitó el invierno ruso y luego los ejércitos europeos remataron al ejército francés), se decidió encerrarle en una isla en el Mediterráneo para que los franceses no se sintieran humillados. Fue un modo de personalizar la derrota en una persona y no en un país. Se consideró que con eso era suficiente. 

Pero el chiquillo pensó que sólo había sido vencido pero no derrotado. Y al poco de su encierro, volvió al continente, volvió a montar un ejército francés enorme (tenía un enorme prestigio y poder entre los militares franceses) y volvió a presentar batalla. La famosa batalla de Waterloo.

Esta vez también fue derrotado. Y por parte de los vencedores (prácticamente el resto de reinos europeos), se decidió mandar a este pequeño emperador bien lejos. Se le mandó a la isla de Elba que está en el Atlántico, más o menos a la mitad de África. De hecho, se cree que para que no volviera a dar mal, al poco fue envenenado. De esta manera, muerto el perro, se acabó la rabia.

El segundo caso del que voy a hablar es de Alemania. De como se terminó la Primera Guerra Mundial y como se inició la Segunda.

En unos post antiguos ya hablé del orgullo y del sentimiento alemán que les llevó a creer en Hitler después de perder la Primera Guerra Mundial. Pero si fueron derrotados... ¿Como que insistieron? Pues porque pensaron (ya lo dije) que les engañaron. ¿Quién? Pues quienes mandaban.

Cuando terminó la Primera Guerra Mundial, los soldados alemanes estaban conquistando más territorios en Rusia (estaban ganando) y se seguía luchando en Francia y Bélgica. Es decir, ningún soldado ingles, francés o americano llegó a pisar terreno alemán en toda la Primera Guerra Mundial. 

La rendición fue provocada porque sus aliados (Austria, Turquía y Bulgaria) veían que estaban siendo derrotados y se estaban produciendo revoluciones internas que hacían que se prestara más atención a los problemas interiores que a la guerra. Y se rindieron para evitar males mayores. Y dejaron sola a Alemania

En Alemania había un cierto hartazgo tras cuatro años de guerra y aislamiento (lo que provocaba escasez de alimentos y problemas sanitarios como la famosa "gripe española" que al final mató más gente que la propia guerra -creo, no lo aseguro-). Pero su espíritu de lucha permanecía casi intacto y mucha gente estaba por la labor de seguir luchando en solitario. Incluso los soldados pensaban que seguían ganando cuando se produjo la rendición.

La gente consideró que fueron traicionados por los que mandaban. Habían sido derrotados venciendo.

En el momento de la rendición, los paises que ganaron (Gran Bretaña, Francia, Italia, Estados Unidos) estaban exhaustos (excepto EEUU que acababa de apuntarse a la jarana). 

El mundo jamás habían conocido una guerra así. Con tantos muertos. Tanto desgaste. Tanto dolor. Cuando Alemania ofreció la rendición, se aceptó rápidamente. La verdad es que todos los paises estaban cerca del colapso. Sólo se quería acabar con la guerra de una vez por todas. Los que ganaron fueron unos vencedores derrotados.

Los términos de la rendición fueron muy humillantes para Alemania. Esto se sumó al sentimiento de traición que tenían los alemanes para ser el caldo de cultivo de lo que vino después. Con el paso de los años la sensación de que podían haber ganado fue en aumento y Hitler simplemente apareció para decirles lo que querían oír.

Churchill ya dijo entonces que Alemania no había sido derrotada adecuadamentey que habría otra guerra. Él dijo que había que continuar luchando hasta la frontera alemana como poco y que se aceptó la rendición demasiado pronto. 

El mal que produjo la Primera Guerra Mundial no se curó como es debido. De hecho, hay historiadores  que piensan que la Segunda Guerra Mundial empezó el día que se firmó el armisticio de la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, seguir luchando más tiempo habría provocado más muertes y más dolor y es comprensible que los gobiernos de los paises vencedores de la Primera Guerra Mundial aceptaran la rendición que Alemania les ofreció.

En la Segunda Guerra Mundial no se aceptó un armisticio en ningún momento hasta que no se conquistó Berlín y se derrotó por completo a Alemania a diferencia de lo que había pasado casi 30 años antes en la Primera Guerra Mundial.


Lo importante es saber por qué se produce un mal. Para hacerlo desaparecer y para hacer que este no vuelva a aparecer. 

Ahora vamos con la música.

Esta vez os voy a hablar de un compositor de Bandas Sonoras: Ennio Morricone.

Tiene muchísimas y muy buenas pero, para mí, las mejores son las de los spaghetti western.

El bueno, el feo y el malo: la pieza  "la fiebre del oro" cuando los protas han llegado al cementerio. 

Por un puñado de dólares: el duelo final entre Clint Eastwood y Gian Maria Volonté es estremecedor

Dos mulas y una mujer: la pieza principal es increíble con la imitación del sonido de una mula

Hasta la siguiente. Un saludete.